La terminación de un año, de una década, es siempre una buena excusa para hacer una pausa y mirar hacia atrás sobre lo que ha sido un año para Contrato Marco y los mercados de capitales en general.
Para nosotros, 2019 ha sido un año de sembrar y cosechar. Más que duplicamos nuestra comunidad en número de suscriptores a nuestros canales digitales; logramos un acuerdo con la fintech 2Transfair; organizamos el Consorcio Colibrí al que se han vinculado algunas de las instituciones más importantes del mercado de capitales local, con la expectativa de doblar el número de miembros para 2020. El equipo ha crecido y se alista para los nuevos retos que depara el nuevo año y obtuvimos los primeros reconocimientos en medios al realizar la primera operación de blockchain para el mercado de derivados en Latinoamérica. Y en todo este recorrido seguimos haciendo lo que nos propusimos desde el principio: hacer más simple el mercado de derivados. Ese mantra es el que nos motiva a seguir obteniendo resultados.
Desde el punto de vista de los mercados de capitales globales, destacamos cuatro tendencias: la diversificación de los ingresos sigue siendo una prioridad estratégica de las infraestructuras, impulsados fuertemente por la negociación de derivados y los negocios de datos del mercado, donde la oferta de la London Stock Exchange Group (LSEG) por Refinitiv, marcó un punto de inflexión importante para el futuro. La consolidación de los líderes globales a través de fusiones y adquisiciones, buscando desarrollar una oferta global para los grandes bancos corporativos global tuvo su punto más destacable con la oferta (rescindida) de la Hong Kong Exchanges and Clearing Limited (HKEX) por la misma LSEG. De otro lado, la regulación de las operaciones de derivados, particularmente de los derivados compensados, sigue siendo un determinante de la reconfiguración de un mercado global de us$600 trillones. Finalmente, pudimos ver una evolución en la oferta de soluciones para acercar a los inversionistas institucionales al mercado de activos digitales, una tendencia que creemos será la más importante en esta nueva década.
La atención de los mercados de capitales en Latinoamérica estuvo enfocada en los cambios de gobierno y su impacto en el mercado cambiario. Una vez más, una década más, en la que Latinoamérica va y viene en su desarrollo económico y desperdicia el potencial que tiene para desarrollar un mercado común, una agenda política hacia la libertad y el progreso y un desarrollo económico basado en su potencial exportador hacia mercados desarrollados. A nivel de mercados, Chile y Colombia avanzaron fuertemente en la adopción de los estándares de Basilea III, mientras que los países del G20 (Argentina, México y Brasil), mantuvieron su rezago en el cumplimiento de la agenda regulatoria para el mercado de derivados, por lo que seguramente habrá desarrollos estructurales en la nueva década.
En Colombia habría que destacar en 2019 el estudio de la Misión del Mercado de Capitales 2 (MMK2), y la regulación que se expidió para reconocer los mitigantes de riesgo de las operaciones de derivados como deducibles en el cálculo de la exposición crediticia. La MMK2 resultó corta de expectativas en relación con el impacto que tendrán las nuevas tecnologías tanto en el espacio regulatorio, como en las costumbres de los consumidores. No obstante, es una contribución enorme para el mercado y una agenda interesante a desarrollar los mercados locales en el futuro inmediato. La regulación de la Superintendencia sobre los colaterales es sin duda una de las más importantes reformas al mercado de derivados en la década porque va a cambiar estructuralmente la forma como se conciben el manejo del colateral en las tesorerías. Y es precisamente ese espacio el que esperamos simplificar con nuestro producto Colibrí.
Una nueva década: una nueva oportunidad
Mike Bodson, presidente y director ejecutivo de DTCC, dijo que 2020 será un año dominado por el impacto de los eventos geopolíticos, la digitalización y los valores tokenizados, y la agenda del FSB para 2020 confirma que el foco global está en las fintech y los activos digitales. Nosotros creemos que las infraestructuras seguirán consolidándose y concentrándose, a pesar del surgimiento de jugadores de nicho en el corto plazo (fintech). Los activos digitales tendrán una penetración mucho más fuerte en el mercado institucional hasta convertirse en una inversión indistinta a los activos tradicionales. Por supuesto, la inteligencia artificial y el blockchain en la negociación y en las actividades de compensación y liquidación traerán grandes eficiencias y una disminución en los ingresos de las infraestructuras, que deberán redoblar esfuerzos para mantener su rentabilidad, sobre todo en la analítica de los datos del mercado. En 2020 veremos más migraciones de la tecnología tradicional hacia RPA y procesos en la nube; mientras las soluciones en blockchain logran el espacio necesario para su consolidación.
En Latinoamérica tenemos una oportunidad enorme. Casi única. La década pasada terminó con un desempeño destacado de varias startups que se convirtieron en unicornios, y XP Investimentos que realizó su IPO y se convirtió en la cuarta más grande del mercado en el 2019. Esto solo refleja que una nueva clase empresarial está surgiendo en la región para ofrecer soluciones enfocadas en la creación de valor para sus 650 millones de consumidores. El ecosistema regional de inversión se ha duplicado en el último año e inversores como SoftBank, Andreessen Horowitz, Sequoia, Accel, Tencent y otros están haciendo apuestas grandes en startups en la región. Eso seguramente traerá una reconfiguración en nichos de mercados de capitales e integraciones entre actores locales que buscan consolidar una base regional.
En Colombia debemos capitalizar esa oportunidad. La economía digital trae desafíos para la infraestructura de mercado que debe generar la confianza que permita que las instituciones financieras participen de ese mercado. En Colombia tenemos una enorme oportunidad para atraer la inversión que cree los nuevos empleos de la economía digital y las empresas que paguen los impuestos para superar las dificultades acumuladas por años. En Colombia contamos con uno de los escasos Centros de la Cuarta Revolución Industrial para apoyarnos, crecemos en el número de fintechs en la región, las autoridades (empezando por el Presidente) están dispuestas a unirse en esta causa, y el sector empresarial también. Esta debería ser la década en la cual Colombia y Latinoamérica sorprenden al mundo no solo por sus valiosos recursos naturales o agrícolas, sino por su capacidad para desarrollar mercados financieros basados en blockchain, inteligencia artificial, analítica de datos y computación en la nube.
Este nuevo año, esta nueva década, es una oportunidad para que todos los actores de la industria, los participantes del mercado y el ecosistema que lo respalda, comencemos a avanzar para transformar los modelos de negocio y adoptar la tecnología que nos permite desarrollar mercados de capitales basados en la experiencia del cliente y no en sus productos. Debe ser la oportunidad para impulsar la industria hacia el uso de las tecnologías que han probado solucionar las ineficiencias, las dificultades y los costos de la década pasada. Debe ser la oportunidad para avanzar hacia delante de los otros mercados. De nuestro lado, tenemos muchos planes, queremos contribuir a ese desafío solucionando los problemas que vivimos en el pasado, queremos contribuir haciendo más simples los mercados de capitales.
Este es un año emocionante, a nuestros clientes, nuestros amigos, a nuestro equipo, nuestros inversionistas, a quienes han confiado y a quienes nos siguen; a todos ellos muchas gracias por un maravilloso 2019 y un próspero 2020.
Feliz año¡