ISDA está celebrando esta semana su Asamblea Anual, y en ella presentó una encuesta realizada entre febrero y marzo de 2018 con 900 participantes de la industria, sobre el panorama de las operaciones con instrumentos derivados. Los resultados nos permiten conocer los principales desafíos para los próximos años, y hacia donde se deben enfocar los recursos y las inversiones en este mercado.
Son cuatro los grandes temas de la industria: cumplimiento regulatorio continuo, los arreglos para atender las modificaciones al initial margin (“IM”) y al variation margin (“VM”) (aquí), el Brexit que es tema obligado en toda Europa, y las reformas a la Libor (aquí y aquí). Y en medio de ellos, la necesidad de avanzar con los desarrollos tecnológicos. La tecnología es y continuará siendo un habilitador central para resolver la variedad de desafíos que enfrenta la industria hoy y en el futuro cercano. Sobre los temas clave ya hemos comentado en el pasado, lo interesante es revisar lo que revela de manera adicional esa encuesta, sumado a lo que de ello se comentó en la Asamblea Anual.
Sobre las expectativas para la actividad global de derivados, el 57% de los encuestados consideró que los volúmenes de mercado aumentarían en el mismo periodo. En cuanto a la liquidez por subyacentes, es mucho más claro que se incrementará para los derivados sobre tasas de interés y FX, que representan cerca del 90% del volumen de mercado en el mundo. Y en general el optimismo es alto cuando el 65% optó por calificar entre siete y diez.
No obstante, la encuesta revela que hay un reto importante de abordar relacionado con la concentración de mercado, la carga regulatoria y las soluciones tecnológicas. En efecto, casi la mitad de los encuestados curiosamente considera que el número de dealers/market makers disminuirá en los próximos tres a cinco años; casi dos tercios esperan que aumente el costo del uso de derivados; entre el cumplimiento regulatorio, el brexit y los cambios a la Libor, los encuestados creen que lo que tendrá mayor efecto en el mercado es la regulación (el brexit es el que menos los preocupa). Estos resultados permiten evidenciar que las entidades que más inviertan en tecnología lograrán consolidar una ventaja competitiva sobre sus competidores, que además se convertirá en una barrera de entrada para la competencia. Y es que cuando les preguntan por el impacto que tendrán las nuevas tecnologías como el blockchain (aquí), los contratos inteligentes (aquí) y las criptomonedas (aquí) en el mercado de derivados, el 52% de las respuestas califica entre 7 y 10.
Esto es interesante porque JP Morgan señaló hace unos meses en el Financial Times que ejecutaría operaciones en el mercado de acciones con un robot basado en inteligencia artificial (programa denominado LOXM) con el cual ha logrado obtener muy buenos resultados. Y lo interesante no es el uso de IA o roboadvisors para hacer operaciones de trading, sino que el mismo JP Morgan señala que el desarrollo de esa tecnología les dará una ventaja competitiva que les tomará a sus competidores entre 18-24 meses y “cientos de millones de dólares” para poder desarrollarla. Y no son los únicos, UBS desarrolló o adquirió una plataforma que les ahorra 45 minutos de trabajo humano en las tareas de pos-trading, lo cual es una fortuna en términos de eficiencia. Y por supuesto, esa misma ventaja la tendrán los bancos latinoamericanos que implementen el uso de inteligencia artificial dentro de sus procesos a lo largo del ciclo de vida de las operaciones.
En la misma encuesta el 50% de los entrevistados cree que el potencial ahorro de costos de la tecnología se sentirá en todas las áreas de las operaciones de derivados (back, middle, front, compliance y legal). Y esto tiene todo el sentido en la medida en que muchas de esas soluciones ofrecen un nuevo activo, construido por todos y que puede ser explotado por todos: datos, o mejor, datos que antes eran no estructurados se convierten en datos estructurados para facilitar la toma de decisiones de manera transversal y, sobre todo, enfocada en los clientes, no en las áreas internas de las entidades. La tecnología es una herramienta que nos luces ante la incertidumbre; muchas entidades están invirtiendo fuertemente en nuevas tecnologías, y es fundamental que reconozcamos este período como una oportunidad para implementar las mejores herramientas disponibles.
Una lección de cara al futuro es que sin duda las nuevas tecnologías aportan mayores eficiencias y reducción de costos al mercado de derivados, pero el elemento central que permite esa optimización es la estandarización que existe en la industria. Es por esto que insistiremos siempre en la necesidad de conservar estándares, definiciones y documentación que han sido el sustento del desarrollo homogéneo (desde lo institucional) del mercado, generando coherencia y seguridad jurídica al mercado de derivados. Esto es fundamental para todas las iniciativas del mercado. Y con ello estamos comprometidos.
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