“Un par de personas que estaban en los puestos claves dentro de Barings que deberían haber estado administrando un alto nivel de control … tuvieron lo que yo describiría como la casi incomprensión de los fundamentos del negocio.”
Nick Leeson, Barings Bank
En diferentes escenarios me han pedido que indique qué es un derivado. A continuación el texto de un artículo que escribí hace unos años sobre lo que es un derivado en mi blog personal:
Warren Buffett es probablemente el inversionista más respetado del mundo por la forma como ha acumulado su fortuna, prácticamente a través de inversiones en las bolsas de valores. Buffett escribió en su reporte anual de 2002 para Berkshire Hathaway, que veía a los derivados como “armas financieras de destrucción masiva, llevando peligros que, aunque ahora latentes, son potencialmente letales”. Pero, ¿qué son los “derivados” para que sean calificados en esos términos por una figura financiera tan respetada? ¿qué tienen de “especiales” al punto que llevaron a la quiebra del respetado Barings Bank de Londres que llegó a ser el banco de su majestad la Reina de Inglaterra?
Un derivado es una especie del género instrumentos financieros. Por lo mismo, para comprender la definición de un derivado, es necesario conocer qué tipo de activos son los instrumentos financieros, en qué forma se clasifican, y cuál es su función económica. Así podremos identificar los elementos que determinan lo que se entiende por instrumento financiero derivado.
¿Que es un instrumento financiero?
La contabilidad tiene como finalidad proveer de información a sus usuarios para que éstos puedan tomar decisiones. Esa información financiera se presenta a través de estados financieros que son informes técnicos sobre la situación financiera, el desempeño y los cambios en la posición financiera de quien reporta esa información financiera. Los estados financieros reconocen los hechos económicos agrupados en grandes categorías, de acuerdo con sus características económicas. Esas grandes categorías son los elementos de los estados financieros, y básicamente corresponden a los activos, los pasivos y el patrimonio cuando se refieren a la medida de la situación financiera en el balance; y a los ingresos y los gastos cuando se habla del desempeño en el estado de resultados.
Los pasivos y el patrimonio señalan de donde se sacaron los recursos: o me los entregó un tercero (pasivos) o los tomé de los accionistas o eran de mi propiedad (patrimonio). Los activos nos indican qué hice con esos recursos: o los tengo en efectivo o en el banco (caja) o compré alguna cosa de la cual espero obtener beneficios en el futuro (una máquina). Dentro de los activos agrupo todos los hechos económicos que en el futuro me puedan generar un flujo de caja positivo: inversiones, cartera o recursos prestados a terceros, cosas intangibles (derechos de propiedad intelectual), etc.
En la medida en que los hechos económicos surgen de la interacción de las personas, sucede que un mismo hecho económico será reconocido para una persona como un activo y para otra como un pasivo. Por ejemplo, un mismo contrato de préstamo es un activo para quien entrega el dinero y un pasivo para quien lo recibe. Ese es el caso de los instrumentos financieros.
Un instrumento financiero es un contrato que da lugar, simultáneamente, a un activo financiero en una persona y a un pasivo financiero o un instrumento de capital (de patrimonio) en otra persona (NIC 32). En los mercados financieros se comercian todos esos instrumentos financieros. Ejemplos abundan: las inversiones, las cuentas de ahorro o corrientes, los depósitos, los prestamos, las facturas.
Clases de instrumentos financieros
Hay múltiples clasificaciones con base en las cuales se pueden hacer distinciones sobre los diferentes instrumentos financieros disponibles en el mercado. Nuestro objetivo es distinguir entre los instrumentos financieros derivados y los que no lo son. En ese sentido, diremos que los instrumentos financieros se pueden clasificar, dependiendo del momento en que se “cumpla” la operación, entre instrumentos financieros primarios, derivados y mixtos.
En este punto, es preciso señalar que las operaciones con instrumentos financieros pueden tener varios “momentos”. El primero es el momento de la negociación, en el que las partes acuerdan los elementos esenciales de la operación; luego el momento del cumplimiento, esto es, cuando las obligaciones derivadas del acuerdo de voluntades se hacen exigibles.
En ese orden de ideas, volviendo a nuestra clasificación, dijimos que los instrumentos financieros podían ser:
- instrumentos financieros primarios, básicos, de contado o spot: son contratos en los cuales se adquiere el derecho o la obligación de recibir, entregar o intercambiar dinero u otro instrumento financiero con cumplimiento al momento de la negociación, o máximo unos días después (convencionalmente se habla de hasta T+3, es decir, de hasta tres días después de la negociación), a cambio de un precio. Estos instrumentos se negocian en el denominado mercado spot, y comprende los instrumentos de deuda (como bonos, cdt, pagarés), los instrumentos de capital (como las acciones) o instrumentos compuestos o híbridos que son instrumentos de deuda y de capital (por ejemplo los bonos convertibles en acciones).
- instrumentos financieros derivados: son contratos en los cuales se adquiere el derecho o la obligación de recibir, entregar o intercambiar un activo determinado (subyacente) con cumplimiento en una fecha posterior al momento de la negociación, a cambio de una inversión inicial mínima o incluso nula. Convencionalmente se habla de mas de T+3 (más de tres días después de la negociación). Ya hablaremos más al detalle de estos instrumentos financieros.
- instrumentos financieros híbridos o combinados: son contratos que agrupan instrumento financiero primario y un instrumento financiero derivado (que puede ser implícito). Estos instrumentos también se conocen como productos estructurados.
Lo anterior significa que un mismo activo subyacente a una operación puede haber sido clasificado como un instrumento financiero de contado o derivado dependiendo de si su entrega o cumplimiento se pactó en el mismo momento de su negociación. Por eso mismo los derivados no son el subyacente como tal sino el contrato que “deriva” del acuerdo de voluntades con cumplimiento futuro.
Los instrumentos financieros derivados
Se dijo antes que un instrumento financiero es un “contrato en el cual se adquiere el derecho o la obligación de recibir, entregar o intercambiar un activo determinado (subyacente) con cumplimiento en una fecha posterior al momento de la negociación, a cambio de una inversión inicial mínima o incluso nula“. Veamos en detenimiento cada uno de sus elementos:
- contrato: es entonces un acuerdo de voluntades entre un vendedor del derivado y su comprador. En los mercados se habla también de un proveedor de cobertura (sell-side) y su adquirente (buy-side).
- derecho u obligación: el derivado puede implicar la adquisición de un derecho o la adquisición de una obligación. En los mercados se puede adquirir el derecho sobre un subyacente futuro, y en ese caso el comprador le puede exigir al vendedor la entrega futura del subyacente; pero también puedo adquirir una obligación sobre un subyacente futuro, evento en el cual el vendedor me puede exigir la entrega futura del subyacente.
- comprar, vender o intercambiar: la prestación que se deriva del acuerdo de voluntades es el derecho o la obligación de comprar (call), vender (put) o intercambiar (swap) un subyacente en el futuro. En ese orden de ideas, un derivado me puede dar el derecho de comprar o vender, o la obligación de comprar o vender o el derecho o la obligación de intercambiar un activo subyacente.
- subyacente: es el objeto del contrato. Lo que se compra, vende o se intercambia en el futuro. El subyacente determina el precio del derivado en la medida en que están intrínsecamente correlacionados. Pero la diferencia entre el precio de ese subyacente en el spot (precio del subyacente en el día de la negociación) y el precio que cada una de las partes cree que va a tener ese subyacente en el futuro, es lo que permite que haya mercado. Así, el precio del derivado cambiará en respuesta a los cambios del subyacente, el cual puede ser el precio de un instrumento financiero primario o activos tan “etéreos” como la tasa de interés, la tasa de cambio, en un determinado tipo de interés, en el precio de bienes o productos que coticen en bolsas (materias primas), un índice de acciones, precios, una calificación crediticia, etc.
- futuro: el cumplimiento de la prestación definida (entrega del subyacente, pago del precio) se hace en una fecha diferente a la fecha spot o fecha de negociación. Señalábamos que ese plazo depende de la costumbre de los mercados, pero en términos generales se habla de un plazo mayor a T+3.
- apalancamiento: es tal vez el elemento más polémico de los elementos de la definición de lo que se entiende por un instrumento financiero derivado. Por definición, la negociación de un derivado no requiere una inversión inicial, y en caso de requerirse, ésta sería inferior a a la que se requeriría para otros contratos sobre el mismo subyacente. Es este elemento de apalancamiento el que ha llevado a que ante la inexistencia de controles o de entendimiento de la operación, las entidades sufran pérdidas bastante más altas de lo que han “invertido” inicialmente. Y es que los derivados pueden implicar obligaciones ilimitadas. Por ejemplo: un vendedor de protección se obliga con su cliente a venderle dólares a un año a un precio X, pensando que el mercado en un año estará con un dólar más barato que X. Pero puede suceder que por diferentes circunstancias el dólar en un año esté a 100X, evento en el cual si el vendedor de protección no ha “cerrado la posición” o no estaba “cubierto” tendrá que cumplir su obligación y vender en X lo que vale 100 veces más, o peor, salir a comprar en 100X y entregarle a su cliente X.
Los instrumentos financieros derivados han sido utilizados como vehículos de especulación en los mercados, generando enormes utilidades para accionistas y también increíbles pérdidas para ellos, e incluso para los contribuyentes que vía seguro de depósitos y otras medidas, deben salir a “salvar” a las entidades que han tomado posiciones muy grandes en derivados. Es célebre la especulación contra la libra esterlina realizada por George Soros el 16 de septiembre de 1992 que le produjo una utilidad de mil millones de dólares, y en la que el Banco de Inglaterra gastó hasta 50.000 millones de dólares para defender la libra sin éxito.
Naturalmente, no se trata solamente de enormes utilidades, la historia financiera está llena de pérdidas gigantescas. American International Group ( AIG) perdió más de us$ 18 billones en 2008 a través de derivados (credit default swaps, CDS); Société Générale en 2008 perdió us$7,2 billones por mal uso de contratos de futuro; Amaranth Advisors perdió us$6,4 billones en 2006 en contratos de futuros de gas natural; el famoso Long-Term Capital Management en 1998 generó pérdidas por us$4,6 billones; Sumitomo Corporation acumuló pérdidas por us$2,6 billones en 1996 en futuros; UBS AG, sufrió una pérdida de us$ 2 billones en operaciones con futuros en 2011; Metallgesellschaft AG, en 1993 perdió us$1,3 billones con derivados sobre petróleo; Baring Banks, que inspiró incluso una película, contabilizó pérdidas por us$1,2 billones en derivados sobre acciones en 1995. Una lista incompleta puede ser consultada aquí.
Y es que el volumen de operaciones de derivados que se negocian en el mundo es sencillamente enorme: según Basilea, es más o menos un monto de us$790 triillones (12 veces el PIB mundial). Y , aunque existen diferencias entre ese “valor de mercado” (nocional) de las operaciones y el verdadero “riesgo de crédito” (valor de exposición) que las partes asumen cuando realizan estas operaciones, los montos no son despreciables. De hecho, en la medida en que las estimaciones reales son difíciles de calcular, hay quienes consideran que el monto nocional total es de us$ 1,2 quatrillion, equivalente a 20 veces el PIB mundial¡¡¡¡ (aquí un video que muestra cuánto es un cuatrillón de dólares).
en breve:
- Una entidad puede tener instrumentos financieros en su activo o en su pasivo o patrimonio.
- Los instrumentos financieros pueden ser: primarios (mercado spot), derivados (mercado de derivados) o híbridos (productos estructurados).
- Un instrumento financiero derivado es un contrato que le da el derecho o la obligación a una de las partes, a comprar, vender o intercambiar un subyacente en el futuro, con una inversión pequeña o nula en el presente.
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